TRIBUTO A LAS VIRGENES DEL PECADO

Hasta el hijo de un Dios,
una vez que la vio,
se fue con ella.
Y nunca le cobró
la Magdalena.

SABINA.

Todo el pueblo amaneció con la sorpresa desagradable de la muerte del jovencito citadino que esa semana estaba de turista allí.

¡Fue envenado! Grito el cura y dijo: -me confesó que alguien quería matarlo de esa forma.-

¡Fue envenado! Grito el barbero y dijo: -me confesó que alguien quería matarlo de esa forma.-

¡Fue envenado! Grito la madre y dijo: -me confesó que estaba amando hasta la muerte.-

¡Fue envenado! Grito la puta del pueblo y dijo:   -me confesó su amor, pero yo solo quería besarlo y él bebió en mis labios la tristeza más profunda.-

SUBKUENTERO MAYO 2010